lunes, 30 de junio de 2008

Jalisco vive un proceso social que ni el crimen ni la fuerza podrán detener

Estimados lectores, si no les resultan familiares algunos de estos nombres e ideas, es porque de algo se están perdiendo (felicito a quienes han escuchado y dignamente participan en): Parlamento de Colonias, Unidos por un Metro para Guadalajara, Movimiento en Defensa del Dinero Público y el Estado Laico, Aplícate por la Revocación de Mandato, Avergonzados de tener este gobernador que tenemos, Salvemos al bosque Los Colomos… sólo por mencionar algunos productos de la organización (hartazgo, indignación) ciudadana –espero me falte mencionar muchos otros movimientos–.

¿Por qué aludo a estos movimientos, organizaciones, ciudadanos, personas?

El pasado 26 de junio se cumplieron 100 años del nacimiento de Salvador Allende, ex presidente de Chile, quien murió en el golpe de Estado del 11 de septiembre de 1973. Entre sus últimas palabras hacia la nación chilena –y ante la incursión de sus propias fuerzas militares (traidoras que gobernarían casi por 16 años) en La Moneda, donde él se encontraba– dijo algo que comparto con ustedes y espero cause la misma reacción:

“Tienen la fuerza, podrán avasallarnos, pero no se detienen los procesos sociales ni con el crimen ni con la fuerza”.

Jalisco vive un proceso social que no se detendrá ni con el crimen ni con la fuerza. El poder, la “fuerza” del Estado, está en manos de nuestros gobernantes, ellos nos avasallan utilizando ese poder que les damos; con esa fuerza aprueban leyes con las que no estamos de acuerdo, cometen violaciones a las mismas leyes (son delincuentes) y no respetan nuestros derechos. A pesar de que en los grupos y movimientos mencionados se lucha contra todo esto, abundan ejemplos recientes del avasallamiento:

La forma en que se aprobó el Código Urbano de Jalisco sin consultar a las colonias, la falta de una respuesta al asunto del referéndum por el aumento al transporte público, la negativa de varios diputados para aprobar la propuesta de revocación de mandato, la reforma electoral confirmando el desdén que muestran nuestras autoridades hacia la ciudadanía y su participación en asuntos públicos, la reiterada violación a las leyes que ellos mismos aprueban (expedición de licencias irregulares y sin cumplir requisitos, incumplimiento de la Ley de Participación ciudadana del IEEJ, donativos irregulares y un largo etcétera), por mencionar los más frescos en nuestra memoria.

Hemos sufrido éstos y más atropellos, lo cual es sumamente triste y para algunos desmotivante. Sin embargo, estoy convencido y me apoyo en la idea de Allende: “no se detienen los procesos sociales ni con el crimen ni con la fuerza”. Estoy convencido de que el proceso social ya se inició en el estado, quizá lleva mucho tiempo activo. Lo importante es que no parará.

Tantos abusos recientes en tan poco tiempo fueron un excelente catalizador para el proceso citado. Sin embargo, quienes deben desarrollar estos procesos sociales (y lo hemos hecho) somos los ciudadanos: Parlamento de Colonias, Unidos por un Metro para Guadalajara, Movimiento en Defensa de Dinero Público y el Estado Laico, Aplícate por la Revocación de Mandato, Avergonzados de tener este gobernador que tenemos, Salvemos al bosque Los Colomos”… cualquiera que sea la forma de participar, estamos en un proceso (y los que aún no están deben sumarse), por lo que no debemos desesperar al no ver resultados al instante.

Aplico a Jalisco también esta frase de Allende para concluir mi comentario: “Con las dificultades propias de los que caminan en un Ford del año 1920 y por un camino malo, vamos de tumbo en tumbo, pero avanzando, avanzando”.

Carlos Alberto Roque

Publicado el 30 de junio de 2008

http://www.lajornadajalisco.com.mx/2008/06/30/index.php?section=opinion&article=002a1pol